Y a sólo queda la historia de la importancia y el liderazgo que España jugó durante siglos como principal productor y exportador de lana fina del mundo. Como consecuencia de este declive fue imposible desarrollar la industria de peinado de lana en España. Por consiguiente la lana fue comercializada mayormente como materia prima y el peso se convirtió en el factor más importante, lo cual incidió negativamente sobre la calidad de la lana. Durante muchos años los costes de la esquila han sido superiores a los ingresos por la lana.
La producción de lana aumentó progresivamente desde 1985 a 1989 coincidiendo la entrada de España en la Unión Europea y sus políticas de ayuda por oveja. Durante la década de los 90 la producción se mantuvo en niveles constantes próximos a las 30.000 toneladas.
S in embargo, con la entrada del siglo XXI, la cantidad de lana no ha hecho sino disminuir año tras año. Hoy España produce menos de 25.000 toneladas de lana, de las cuales el 20% corresponde a lana fina (lana de Merina), casi el 55% a lanas entrefinas (lanas de Manchega, Segureña, Rasa, Castellana, Ojinegra, etc.), y el 25% restante a lanas bastas (Churra, Assafy Lacha) (También existe una pequeña cantidad de lanas negras que se clasifican aparte). En cuanto a la distribución regional, las principales CCAA productoras son, por este orden, Castilla y León, Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y Aragón (entre las cinco producen más del 80% de la lana española). En cuanto a lana fina Extremadura produce algo más del 73% nacional, y el resto Castilla-La Mancha, Castilla y León y Andalucía por este orden. (FUENTE: FAO 2010, Producción Animal e Higiene Veterinaria (Grupo A) Manuel Sánchez Rodríguez.)
Los porcentajes de cada tipo de lana se han mantenido no obstante constantes, representando las lanas entrefinas el 55-60% del total, las lanas finas y bastas entorno al 25 y 20% respectivamente; mientras que las lanas negras representan menos del 1% del total de las lanas españolas.
La producción media por oveja (peso medio del vellón) no ha variado en las últimas décadas: 2,2 -2,4 kg en lanas finas, 1,6-1,8 kg en entrefinas y 1,5-1,7 kg en lanas bastas, pero si ha empeorado la calidad de su presentación tras la esquila (presentación y primera clasificación de vellones, limpieza en la esquila, etc.)
El futuro de la lana en España no parece bueno, ya que por una parte, a la industria textil le es más rentable importar lanas de calidad y por otra, las confecciones de lana presentan una demanda decreciente.
